Medirse uno mismo
Alberto Lifshitz

Resumen: La posibilidad de utilizar la tecnología actual para monitorear nuestros signos vitales y otros parámetros de salud que dan pautas al médico para la adherencia terapéutica y la fármaco-vigilancia, entre otros importantes asuntos, es una conducta que alejada de los excesos y las conductas obsesivas, hace al paciente responsable de su propio cuidado y por tanto resulta una práctica saludable y recomendada.

Palabras clave: biometría, telemedicina.

La Organización Mundial de la Salud considera que el recurso sanitario más importante es el autocuidado, lo que las personas puedan hacer por sí mismos para preservar la salud y lo que los pacientes puedan hacer para mejorarla. Este autocuidado se ha diversificado, pues ya no es sólo tener hábitos saludables, sino automanejos, automonitoreo, autovigilancia y diversas responsabilidades que debieran asumir los pacientes, como adherencia terapéutica, farmacovigilancia y regulación social. Con la telemedicina, que alcanzó un auge en la pandemia de SARS-CoV2, el paciente tiene que ofrecer al distante médico suficiente información para que sustente sus recomendaciones.

Por otro lado, entre los roles que han asumido los médicos contemporáneos, además del de la atención directa de los pacientes, está el de supervisores del autocuidado, vigilantes de indicadores y el de asesores de los pacientes, sus familias y sus cuidadores. Esto supone que el paciente obtenga datos de sí mismo, no sólo cualitativos sino mediciones directas y los comparta con su médico. Muchas personas ya cuentan en sus hogares con artefactos sensores de sus propias variables: esfigmomanómetro para monitorear su presión arterial, glucómetro para vigilar su glucemia, termómetro para registrar su temperatura, mediciones caseras de colesterol, pruebas de embarazo, de COVID, oxímetro para conocer la saturación de oxígeno de su sangre, relojes que registran la frecuencia cardiaca y la respiratoria, plicómetro para los pliegues cutáneos como estimación de la grasa subcutánea y a veces más variables clínicas, como el diámetro del bíceps o de otros músculos, y hay quienes se obsesionan midiendo otros órganos de su cuerpo.  Los pacientes vigilan su peso corporal con sus básculas y miden la circunferencia de su cintura con una cinta métrica, porque son mediciones importantes para cuidar su salud.  Para la telemedicina también se puede contar con otoscopio, estetoscopio electrónico que transmite los ruidos cardiacos, un trazo electrocardiográfico autorregistrado, un monitor cardiorrespiratorio, una imagen del fondo de ojo si se cuenta con un ayudante que lo sepa enfocar, fotografías de lesiones cutáneas o articulares, y se van incorporando nuevas aportaciones para estos y otros propósitos.

Pero aún sin telemedicina formal, y aún sin supervisión y asesoría profesional, muchas personas se hacen mediciones sobre sí mismas: las más comunes son temperatura bucal o axilar, frecuencia cardiaca, oximetría de pulso, presión arterial, peso y circunferencia de la cintura, y no cabe duda de que es una vigilancia saludable, mientras no se caiga en excesos ni conductas obsesivas. Esto es una versión de medirse a sí mismo.

Pero hay otra versión, cuando medirse equivale a limitarse, a contenerse, dominarse. Medirse en la comida, en la intensidad del ejercicio, en el uso de alcohol y otras drogas, desvelarse, ingerir ciertos alimentos, mantenerse tiempo largo en una cierta postura, videojuegos, exposición al estrés, ejercicio físico, sedentarismo, trabajo en exceso y otras actividades o condiciones inconvenientes o no saludables.

Medirse es, pues, una saludable costumbre.

Sugerencia de citación:
Lifshitz, A. (2025, marzo). Medirse uno mismo. Medicina y Cultura, 3(1), mc25a-01. https://doi.org/10.22201/fm.medicinaycultura.2025.3.1.

 

Alberto Lifshitz

Es especialista en medicina interna, académico titular de la Academia Nacional de Medicina y emérito de la Academia Mexicana de Cirugía; también ha sido profesor de la UNAM por más de 50 años y presidente fundador de la Academia Nacional de Educación Médica. Actualmente es presidente de la Academia de Médicos Escritores. Obtuvo el premio Guillermo Soberón 2013. Fue ganador del Concurso de Obras Médicas de la Academia Nacional de Medicina por tres años consecutivos (2020 a 2022). Ha publicado 33 libros, más de mil capítulos de libro y cuenta con más de mil artículos publicados. Es miembro de la Sociedad de Historia y Filosofía de la Medicina.

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