El cuerpo obeso como espacio de existencia
Raúl Sampieri Cabrera

Resumen: El cuerpo obeso, desde la perspectiva de Merleau-Ponty, no se reduce a un objeto físico, es el núcleo de la experiencia humana. En la obesidad, este cuerpo se percibe tanto desde el interior como a través de las imposiciones sociales, que genera una tensión entre la autoimagen y la percepción externa. Esta alienación convierte al cuerpo obeso en un espacio de lucha interna y estigmatización social. Sin embargo, sigue siendo el medio de interacción con el mundo, afirma su existencia y ofrece una manera singular de habitarlo. Interpretar la obesidad desde esta filosofía permite trascender los enfoques reduccionistas, para ser discutida como una vivencia que refleja características físicas, dinámicas sociales y aspectos culturales.

Palabras clave: obesidad, corporalidad, estigma.

El pensamiento de Merleau-Ponty, aborda la relación entre el cuerpo y la mente. Para él, el cuerpo no es un objeto que simplemente existe en el mundo, ni un mecanismo gobernado únicamente por las leyes físicas. Es más bien el epicentro desde el cual se organiza y despliega la totalidad de nuestra experiencia. El cuerpo, es inseparable de la percepción: a través de él vivimos y comprendemos nuestro entorno. No se trata de una herramienta que utilizamos para interactuar con el mundo, es el fundamento mismo de esa interacción.

En la obesidad, la vivencia del cuerpo se complejiza, el cuerpo obeso asume una presencia tanto física como simbólica. Es un cuerpo que no puede ser ignorado, pues está siempre presente, imponiéndose en la experiencia cotidiana del sujeto, y al mismo tiempo, es percibido y valorado desde fuera, por los ojos de una sociedad que lo juzga y lo etiqueta. La persona con obesidad vive esta corporalidad en una continua tensión entre su propio sentir y las expectativas que el mundo le impone. El cuerpo obeso se convierte, de esta manera, en un espacio de conflicto. Ya no es un lugar neutro desde el cual el sujeto se relaciona con el mundo, es observado, señalado, y en muchos casos, repudiado.

El cuerpo no es simplemente una masa de carne y hueso que ocupamos, es un ser en sí mismo, que interactúa con el entorno, y que también lo transforma. Es la vía a través de la cual el individuo accede al mundo y lo experimenta, y en este proceso, define su lugar en él. Para la persona que vive con obesidad, sin embargo, este proceso se obstaculiza por la distancia entre el cuerpo vivido y el cuerpo percibido, tanto por el propio sujeto como por quienes le rodean. Esta disonancia entre la vivencia interna del cuerpo y la imagen externa que la sociedad proyecta sobre él puede generar una alienación profunda.

El sentimiento de alienación es una experiencia corporal vivida. El cuerpo obeso se siente muchas veces como algo extraño, no porque el sujeto haya perdido el control sobre él, más bien, porque la sociedad lo ha transformado en un objeto ajeno. Este proceso de objetivación genera una ruptura en la relación que el individuo establece con su cuerpo. El cuerpo deja de ser percibido como un medio a través del cual el sujeto vive y actúa en el mundo, y se convierte en una carga, un peso que lo define y lo limita. El cuerpo obeso, entonces, se transforma en un espacio de lucha interna, donde la autoimagen y la percepción externa chocan constantemente.

A pesar de esta alienación, el cuerpo sigue siendo la puerta de entrada al mundo, el medio a través del cual el individuo experimenta su realidad. Incluso en la obesidad, en que el cuerpo puede sentirse como una barrera o un obstáculo, sigue siendo el punto de referencia que conecta al sujeto con su entorno. El cuerpo obeso, con su peso y su volumen es una afirmación de la existencia misma. Es una presencia rotunda que, a pesar de las dificultades, sigue siendo el canal principal a través del cual el individuo se enfrenta al mundo y encuentra su lugar en él.

Desde una aproximación de la filosofía de Merleau-Ponty podemos reconsiderar la obesidad desde una perspectiva diferente, alejada de las categorías reduccionistas que predominan en los discursos biomédicos y culturales. En lugar de ver la obesidad como un fallo o una anomalía, permite interpretarla como una forma particular de estar en el mundo. La corporalidad obesa, con toda su complejidad, no puede ser reducida a parámetros biológicos o clínicos. El cuerpo obeso no puede ser resumido a un ente disfuncional o enfermo, es cuerpo vivido, un cuerpo que experimenta el mundo de una manera única y singular. Es un ser en constante devenir, un espacio donde se encuentran las experiencias personales y las influencias externas. Por ello, cualquier intento de reducir la obesidad a un problema de falta de control o de voluntad es profundamente inadecuado.

La corporalidad obesa debe entenderse como una vivencia que refleja las características físicas del cuerpo, y las dinámicas sociales, psicológicas y culturales que lo atraviesan. El cuerpo obeso es, en este sentido, un ente situado: situado en una red de significados que lo trascienden y lo condicionan. Para el sujeto con obesidad, la vivencia de su cuerpo es una experiencia que abarca tanto lo físico como lo simbólico. Es un cuerpo que carga con el estigma y la exclusión, pero también es una forma física que sigue afirmando su existencia en el mundo.

Agradecimientos

Este artículo forma parte del proyecto PAPIIT clave: IA301325 titulado “Estudio de la obesidad como un padecimiento complejo: una aproximación desde la teoría prospectiva”. Del cual el autor es responsable académico.

Sobre el autor

Departamento de Fisiología, Facultad de Medicina, UNAM, Ciudad de México, México.

ORCID: https://orcid.org/0000-0001-7733-1105

Sugerencia de citación:

Sampieri-Cabrera, R. (2025, marzo). El cuerpo obeso como espacio de existencia. Medicina y Cultura, 3(1), mc25-a07.
https://doi.org/10.22201/fm.medicinaycultura.2025.3.1.7

 

Raúl Sampieri Cabrera

Es profesor de carrera titular A TC e investigador nacional nivel 1.

Contacto: sampieri@comunidad.unam.mx

Lecturas recomendadas

Oliveira, V. A., Rezende Pimentel Ribas, C., Santos, M. A., Souza Teixeira, C. R., & Zanetti, M. L. (2010). Obesidade e grupo: a contribuição de merleau-ponty. Vínculo – Revista do NESME, 7(1), 45-54.

Riobello, A. P. (2008). Merleau-Ponty: percepción, corporalidad y mundo. Eikasia Revista de filosofía, (20), 197-220.

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